El pérlido conocido vulgarmente como mosca de mayo, que en realidad es la mosca de la piedra, ha comenzado a eclosionar en los cursos medios-bajos del Esla y del Porma. Este insecto de gran tamaño, cuya ninfa conocida como gusarapa o rancajo habita debajo de los cantos rodados en las corrientes, suele eclosionar a partir de mediados de mayo en las zonas mas bajas para, con posterioridad, ir haciéndolo a lo largo del mes de junio e incluso julio en los cursos medios y altos de los ríos de naturaleza caliza principalmente. En este año, sin embargo, se ha adelantado un par de semanas de forma que ya cae de forma abundante en ambos ríos a la altura de Villalquite en el Esla y de Marne en el Porma.

La pesca con este señuelo, tanto en su estado natural donde ello esté permitido, como con su imitación en el resto de tramos, resulta muy emocionante ya que mueve las grandes truchas. En todo caso habrá que esperar algún tiempo ya que en los primeros días no la comen y por lo tanto resulta inútil intentar el engaño. Resulta curioso, sin embargo, observar el comportamiento de las truchas con respecto a este insecto.

Mientras en el Esla no suelen «cebarse» en el Porma, Orbigo y Omaña resulta un cebo muy eficaz. La temporada de pesca está resultando bastante pobre hasta la fecha, por lo que la llegada de la mosca de mayo podría mejorarla sustancialmente.